No es previsible que en nuestra España de hoy, donde vivimos de hoy en hoy, alguien esté diseñando un nuevo sistema tributario, ¿O quizás sí?. De hecho, nosotros, a la vista de la actual situación económico-financiera global, venimos ya sospechando cambios tributarios, como el resto de los profesionales, pero lo hacemos todos pensando más en el corto plazo, para el ejercicio que viene, pensando en las modificaciones que habrán de ser aplicadas en el ejercicio fiscal 2011, pero…¿Alguien está ya trabajando en un “sistema tributario totalmente nuevo”?
No obstante, los ingleses, a quienes no les va mucho mejor que a nosotros en esta crisis, sí están pensando y trabajando en el futuro tributario, para algo disfrutan de una red académica muuucho más eficiente que la nuestra, al menos en lo referente a la investigación y aplicación práctica de los resultados de esa investigación.
Estando dándole vuelta a nuestras disquisiciones en derredor de la actual situación internacional, de los efectos de la crisis de la deuda irlandesa, del posible contagio de España, según se teme desde el resto de la UE -y probablemente desde nuestras propias fronteras-, del impacto del aumento del gasto público por aumento del desempleo, lo cual nos ha llevado a un círculo viscoso del que no se libra casi nadie y donde, a medida que aumenta el paro, aumenta el gasto público, aumenta la deuda pública, disminuye el dinero circulante disponible, los bancos prestan menos, las familias gastan menos, cae la producción industrial y aumenta el paro, y volvemos a empezar, en un inmejorable caso práctico de lo que es la “Teoría Circular del Dinero”.
Como decimos, estábamos en estado meditativo sobre estas disquisiciones, cuando nos remite un muy interesante artículo Miguel Ruiz San Román, de Garrigues – Las Palmas, del que estimamos conveniente realizar un resumen un tanto “libre” no sin dejarte aquí un enlace al original, que recomendamos leer para que puedas juzgar por ti mismo.
El artículo se titula “Impuesto desde cero”, o “en base cero”, en clara alusión al sistema presupuestario denominado “presupuesto en base cero”, el ideal para aplicar en épocas especialmente difíciles, y que hace “tabla rasa” en relación con los presupuestos anteriores.
Economics focus
Tax from scratch
A new report lays out a blueprint for the ideal tax system
Nov 11th 2010
“DEATH, taxes and childbirth! There’s never any convenient time for any of them,” wrote Margaret Mitchell in “Gone With the Wind”. There may also be no convenient time for radical tax reform. But the global recession, which reduced tax receipts even as it forced governments to spend unprecedented amounts to prop up their economies, has left government budgets across the rich world in tatters. Many countries will have to make some changes to their tax systems as a result. A group of economists, headed by Sir James Mirrlees, a Nobel-prize-winning founder of the modern theory of optimal taxation, this week urged governments to do more than tinker at the margins. Sigue leyendo aquí el original.
El estudio está liderado por el Escocés, Nobel de Economía de 1996, Sir James Mirrlees, quien insta a los gobiernos a hacer “algo más que pequeñas anotaciones al margen” en relación con los impuestos. ¿Les resulta alusiva la recomendación?. Creemos que sí.
Hace referencia el artículo a que una revisión del sistema tributario de Gran Bretaña en el británico Instituto de Estudios Fiscales, una “reflexión” lanzada a principios de noviembre, argumentando que la mayoría de los gobiernos podrían encontrar una manera de aumentar la cantidad de dinero que necesitan del sistema fiscal al tiempo que impone costos mucho más bajos que en la actualidad.
Proponen un sistema impositivo con tres características principales. El sistema sería progresivo (es decir, la carga fiscal sería mayor para la gente más rica), no discriminaría entre las distintas fuentes de ingresos, y sería fácil.
El reto consiste en conciliar estos principios. En la práctica, la progresividad tiene tendencia a implicar más de un tipo impositivo, por ejemplo, lo cual es necesariamente menos simple que tipo único. La revisión de Mirrlees tiene algunas ideas útiles sobre la forma de cuadrar el círculo: en efecto, tal vez su mayor mensaje es la conveniencia de pensar de manera integral sobre el sistema de impuestos, lo que ayuda a resolver algunos de estos conflictos. Es el sistema en su conjunto el que debe ser progresivo, no cada impuesto individualmente.
Así mismo, sugieren modificaciones en el IVA de modo que se vaya a un tipo único, con incentivos fiscales, vamos, con deducciones.
La revisión de Mirrlees también tiene algunas ideas interesantes sobre la progresividad en sí, haciendo una revisión sobre la base del “momento” económico de la persona a la que se va a aplicar la imposición, así, en un momento de apuro económico, no puedes grabar más a la misma persona, que en un momento expansivo, tratando de separar de estos vaivénes al sistema tributario, por lo que se centra en los impuestos sobre el gasto y no sólo los ingresos, y por tanto, y de alguna manera hacia el ideal de la progresividad a lo largo de la vida de una persona. ¿Cómo podría ser implementado? Esta es una cuestión totalmente diferente.
Los economistas –los autores- también están preocupados de que muchos sistemas tributarios, incluyendo Gran Bretaña, no ofrecen incentivos suficientes al trabajo. Aquí se recomienda un cambio de la simplicidad, instando a los gobiernos a utilizar el sistema tributario para orientar los incentivos a los que serán los más sensibles. Esto podría implicar la toma de tipos impositivos sobre ciertas características demográficas como la edad.
El informe también sostiene que los costos de generación de ingresos no deben ser gravados. Esto tiene algunas implicaciones interesantes. Así, la renuncia al consumo con el fin de ahorrar dinero puede ser considerado como el «costo» de los ingresos futuros, el informe sugiere que para el ingreso normal, o libre de riesgo, el rendimiento del ahorro no debe someterse a imposición, pero vuelve sobre esta cantidad y mantiene que debe someterse a imposición exactamente igual que otros ingresos. En términos más generales, el informe dice que los sistemas fiscales no deben establecer diferencias entre los ingresos obtenidos en formas diferentes entre trabajar por cuenta ajena, por ejemplo, y trabajo por cuenta propia.
Pero, ¿que sucede?
Los economistas son muy conscientes de las enormes dificultades políticas que enfrentan este tipo de reformas. Pero argumentan que los elementos del sistema fiscal óptimo ya existen en algunos países. El informe aboga por una deducción de impuestos corporativos igual a una fracción de acciones en circulación de una empresa, que está diseñado para eliminar el sesgo hacia la financiación de la deuda cuando el interés es deducible. James Poterba del Instituto de Tecnología de Massachusetts, un miembro del grupo, señala que este concepto ha sido aplicado en varios países, incluyendo Brasil, Austria y Croacia. Incluso si algunos gobiernos pueden llevar a cabo una amplia reforma del tipo que los abogados proponen, se trasladaría la idea de que un sistema impositivo mejor, puede llegar a ser visto como algo “no malo”.
Está claro que este asunto traerá cola y hablaremos más sobre ello.
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Salu2.