¿O no tanto?.
Ya en su día, cuando se “suprimió” el Impuesto, algunos nos sorprendimos de cómo el Gobierno se libraba tan fácilmente de una fuente de ingresos, que no lo era tanto, pero cuya importancia radicaba en el control tan efectivo que realizaba sobre el IRPF, habiéndose convertido con los años en un auténtico “impuesto de chequeo”
Pues bien, el pasado diecinueve de septiembre nos preguntábamos si sería tan efímero como suele serlo un amor de verano, o la vida de una mariposa.
Hoy, tras la votación en el Congreso de los Diputados, no tenemos tan claro si el otoño hará caer la hoja del Impuesto, o por el contrario éste permanecerá en el tiempo.
Tardaremos aún unos meses en saberlo, pero lo cierto es que casi todos tenemos claro que se trata de un impuesto claramente injusto, de dudosa eficacia recaudatoria e incluso de difícil encaje constitucional. Pero eso no es todo, además se conculcan principios como el seguridad jurídica o el de irretroactividad de las leyes.
Por cierto, la sorpresa han sido las abstenciones en la votación. ¿Qué podrá significar?.
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Salu2.